sábado, 8 de octubre de 2011

A lomo de elefante

"Cuando los elefantes luchan
la hierba es la que sufre"
Proverbio Africano




De viajeros de clase baja a huéspedes de clase alta. Así nos sentimos a nuestra llegada a Jaipur al dejar atrás el tren del horror y llegar al hotel Umaid Mahal, que solía ser el palacio de uno de los tantos Marajás de el estado de Rajastán. Entramos por una puerta gigante y dorada llena de grabados de animales y flores. Y mientras mas nos adentrábamos en la que sería nuestra casa por dos días, más nos fascinábamos con sus columnas talladas, sus techos todos pintados a mano con figuras de pavos reales y pajaritos, sus pisos y escaleras en marmol, y sus paredes con dibujos de elefantes y camellos. Nos sentíamos protagonistas de un cuento de Las Mil y una Noches.  Asaltamos el bufette y tras un rápido descanso salimos a buscar un tuk tuk para recorrer la ciudad rosa, mandada a pintar de ese color, asociado a la hospitalidad,  por el Marajá Ram Singh para recibir alguna vez la visita del futuro rey Eduardo VII.
Anduvimos de bazar en bazar toda la tarde, observando las zorras, no tiradas por mulas sino por camellos, probando almendras y pistachos gigantes y deleitando el olfato con los magnificos aromas de las especias, muchos ya conocidos, pero otros, en cambio, totalmente nuevos para nuestras narices.
Acordamos con Saalim, nuestro conductor del tuk tuk, una temprana recogida para alcanzar a subir en elefante hasta el Fuerte Amber. Muy a las 8 am con el sol ya calentando, íbamos en camino. No habíamos llegado cuando un elefante pequeño llamado Gozi, caminaba tranquilamente por la calle, Saalim no había frenado cuando nosotros ya estabamos arrojándonos al encuentro con él,  jugueteando con su trompa y dándole cariñosos abrazos y caricias a esa piel áspera, llena de pecas y gruesos pelos.

                                           Cozy

Con la emoción aún a flor de piel llegamos al Fuerte y ¡que sorpresa! cerca de 100 elefantes esperaban por nosotros. Hicimos la fila y nos tocó montar en uno llamado Cayum. No iba revestido en piedras preciosas como en la época del Marajá, ni sus colmillos estaban enchapados en oro, ni nos seguía un séquito de sirvientes, con las funciones de espantar las moscas y los pájaros, como los que seguían al príncipe  para que  no perturbaran su tranquilidad,  nadie iba lanzando flores a nuestro paso , ni abanicándonos con plumas de pavo real, pero aún así nos sentimos cual par de príncipes. Comprobamos que "al lomo de un elefante la vida se ve diferente", nos tambaleamos fuertemente a cada pesado paso del animal,  nos reímos como nunca y hubiéramos dado lo que fuera porque el Fuerte quedara más arriba y nuestra montada se hubiera extendido por siempre.


                                           La serpiente del encantador

Ya en el Fuerte, admiramos la arquitectura rajastani,  la increíble vista hacia la ciudad y recorrimos cada rincón imaginándonos cómo sería aquello cuando estaba en todo su esplendor. Más tarde recorreríamos con Saalim varios palacios más, todos hoy en decadencia luego de que en la década de los 70s Indira Ghandi, le derogara los títulos a los Marajás, quienes habiendo dejado atrás su vocación guerrera y rendidos al consumismo, se dedicaban a viajar por el mundo con sus séquitos de sirvientes, a jugar polo y a ocupar plantas enteras de los mejores hoteles, todo mientras el estado de Rajastán se sumía en una pobreza que aún hoy no supera.
De Jaipur, esperamos adentrarnos  hacia  el desierto de Thar, así que nuestra próxima parada será en Jaisalmer. Ya nos aseguramos de reservar un tiquete de tren con aire acondicionado. Si nos ausentamos un par de días es porque atrevesaremos parte del desierto a lomo de camello, una ausencia que, de seguro, verán recompensada con la crónica de semejante travesía


6 comentarios:

  1. Llegó la hora de los lomos. Obviamente son los del elefante y el camello. Los otros no los verán hasta su regreso, aunque sé que Sara no los está extrañando ni los añorará en todo el viaje.

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  3. No lo van a creer, estamos adictos, El Cielo y yo hemos entrado a este blog más veces que lo que suenan los pitos en la India, queremos saber qué tal fue la travesía a lomo de...

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  4. He encontrado la definición de amistad profunda: cuando nos hacen falta los amigos y nos preocupa cómo están pasando.

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